Un grupo de padres latinos enseña habilidades culturales para prosperar en las escuelas de Minnesota
Go Deeper.
Create an account or log in to save stories.
Like this?
Thanks for liking this story! We have added it to a list of your favorite stories.
Hace poco, un viernes por la noche, un grupo de padres latinos se reunió en el Centro Comunitario Sabathani en Minneapolis. Durante una cena de arroz con pollo después del trabajo, los padres participaron en un taller de educación financiera en español diseñado para presentarles los conceptos básicos de los préstamos hipotecarios, préstamos estudiantiles y las formas de ahorrar para la universidad.
Rosita Balch, quien trabaja para el condado de Hennepin, ha participado en la coordinación de estos talleres durante la última década como parte de Latino Youth Development Collaborative. Todo comenzó cuando ella, como madre e inmigrante de primera generación de Colombia, se preocupó por la brecha que existía en el rendimiento educativo en la comunidad latina de Minnesota.
“Existe un error de juicio en el sistema, pues se piensa que los padres latinos no participan, no les importa la educación y eso me preocupó. Luego dije, ‘Eso no es cierto’”, afirmó Balch. “Entonces pensé, tenemos que trabajar con los padres”.
Turn Up Your Support
MPR News helps you turn down the noise and build shared understanding. Turn up your support for this public resource and keep trusted journalism accessible to all.
De acuerdo con los datos publicados recientemente por el Departamento de Educación de Minnesota, solo el 67% de los estudiantes latinos se gradúan de la escuela secundaria en cuatro años. Eso es en comparación con el 88% de los estudiantes blancos de Minnesota.
Existen brechas similares en cuanto a los logros en lectura y matemáticas.
Para Balch, estas brechas en el rendimiento no tienen nada que ver con la capacidad o el compromiso de los estudiantes latinos y sus familias. Afirmó que las familias latinas están profundamente comprometidas con el trabajo fuerte y la educación, pero tienen una forma diferente de expresar su respeto por la educación.
“Culturalmente, fuimos instruidos para valorar el trabajo de los maestros”, dijo Balch. “No fuimos instruidos para cuestionar su labor. Simplemente confiamos y creemos que los maestros están haciendo lo mejor para nuestros hijos. Entonces, ese silencio o respeto ha sido interpretado por el sistema como ‘a estos padres no les importa’”.
Balch afirmó que los padres en su comunidad necesitan que se les muestre la diferencia entre el sistema de educación de los Estados Unidos y los distintos sistemas en América Latina, y la forma en que este sistema funcionaría mejor para las personas asertivamente comunicativas.
“Necesitamos entender las reglas del juego y cuál es el trabajo del maestro y cuál es mi trabajo, y los padres latinos no conocen su rol como socios en la educación de sus hijos”, indicó Balch, “si saben eso, harán lo que sea necesario. Estas son familias que tienen dos o tres trabajos. Trabajan muy duro. Pero la educación es una prioridad. Es una prioridad para todos nosotros”.
Balch está tratando de empoderar a las familias latinas para que alcancen sus metas por medio de su trabajo en Latino Youth Development Collaborative. Ayuda a organizar talleres semanales para familias latinas para tratar temas como educación financiera, paternidad/crianza, habilidades informáticas, sistemas de calificación y preparación universitaria. Van de excursión a las universidades. Y hacen un seminario intensivo de 12 semanas acerca del sistema de educación de los Estados Unidos para enseñar a los padres qué es una junta escolar, cuál es el trabajo de un director y cómo funciona el sistema de educación de los Estados Unidos.
“Queremos que los padres puedan sentarse a la mesa con quienes toman las decisiones y digan, ‘¿Y qué les parece ofrecer un almuerzo diferente? Oh, me gustaría proponer fútbol en lugar de hockey’”, afirmó Balch. “Queremos que ejerzan su poder. Estamos haciendo esto para crear líderes”.
Uno de los padres que asistió a un reciente seminario de capacitación, Isabel Ramos, dijo que asistir a estas reuniones ha sido empoderador para ella. La Sra. Ramos, una residente de Minneapolis que trabaja limpiando casas, afirmó que aprendió mucho e incluso abogó para que su hija fuera a una escuela diferente, más adecuada para la menor.
“Es un programa que complementa. No solo nos enseña cómo lograr una mejor escuela, sino también cómo tener éxito —todos los distintos aspectos, como financiero, paternidad/crianza”, afirmó Ramos, “como inmigrantes no sabemos cómo funcionan los bancos o las cuentas de ahorro, todas esas cosas que eventualmente benefician a nuestros hijos”.
Eso es exactamente lo que Balch espera que Latino Youth Development Collaborative logre con los padres. Para ella, el éxito se ve en un niño de su comunidad que se gradúa de la universidad o en un padre que se involucra en la junta escolar. Pero también se podría ver en un maestro o administrador escolar que comparte información más precisa y oportuna con una familia latina.
“La información es un gran problema. No es solo el idioma, sino más bien: ¿reciben los padres la información que necesitan? Los padres tienen derecho a estar informados, de manera oportuna, en su idioma y a su nivel”, afirmó Balch. “La información es poder”.